Las Cosas De Altisidora

Todas estas malandanzas te suceden, empedernido caballero, por el pecado de tu dureza y pertinacia; y plega a Dios que se le olvide a Sancho tu escudero el azotarse, porque nunca salga de su encanto esta tan amada tuya Dulcinea, ni tú la goces, ni llegues a tálamo con ella, a lo menos viviendo yo, que te adoro.

¿Qué hacías el 23F? 23/02/2009

Hoy, como todos los años en este día, la pregunta de rigor es obvia: ¿Dónde estabas el 23 de febrero de 1981? Yo tenía poco más de dos añitos, y jugaba en el parque que hay justo al lado del portal de casa con mi madre. Mi hermano aún tardaría 2 años y medio en nacer…era hija única y mi madre me agarró rápidamente y subió a casa. Mi padre lloraba: una dictadura prácticamente recién terminada y ahora ¿qué?, ¿otra vez a vivir aquel infierno? Él celebró la muerte del Dictador, iba a mítines del PSOE, estaba politizado (imagino que de ahí vendrá mi ‘afición’ a la política y mi perfil socialdemócrata, porque ya desde chiquitita me llevaban mis padres a escuchar a Felipe González…aunque esto fue algún tiempo después de aquel 23F), perdió a dos tíos republicanos por culpa de aquella guerra, acabó una vez en comisaría porque eran ‘demasiados’ y podrían estar conspirando…Lógico que aquel señor de bigote, pistola en mano, tricornio y ‘mala lengua’ le pusiera muy nervioso. Más o menos como si ahora pasara algo así: yo me pondría de los nervios, porque soy carne de presidio (entre rojas…por sindicalista y repulibcana).

‘Gracias’ al 23F saqué sobresaliente en una de las asignaturas ‘hueso’ de la especialidad de Periodismo de la, entonces (allá por 2001) Facultad de Ciencias de la Información de Sevilla (poco después pasó a denominarse Facultad de Comunicación porque consideraban que ‘información’ dejaba fuera a la publicidad e incluso la comunicación A/V, mientras que sólo periodismo trabaja con la información…peor esa es otra historia). La asignatura era ‘Periodismo de Investigación’ y el profesor, aprovechando el 20 Aniversario de aquel día infame en el Congreso de los Diputados, dijo que quien quisiera realizar un trabajo sobre aquello tendría buena parte de la nota final asegurada…Así que Marta y yo, ni cortas ni perezosas, nos pusimos a ello.

Aprendimos mucho: de aquel día, de la importancia del periodismo en aquel contexto (no en vano fue ‘la noche de los transistores’), de la España de 2001 frente a la jovencísima democracia del 81 (cuando aún Naranjito ni se había estrenado en la tele), de la importancia de no olvidar el pasado para no cometer los mismos errores en el futuro…

Así que no sé qué hacía el 23F del 81, excepto por lo que me han contado mis padres, pero sí sé lo que hice el 23F del 2001: ganarme un sobresaliente como un castillo…y Marta también.

 

Memoria 08/02/2009

( publicado el 6 de enero de 2009)

Esta mañana, mientras me dirigía con mis padres a casa de mi abuela, tradición familiar desde que mi memoria alcanza a recordar en el día de Reyes, ha surgido, de pronto, una extraña conversación en torno a la memoria histórica, la apertura de fosas comunes para devolverle el honor, la honra, el recuerdo y todo lo que perdieron los asesinados de la Guerra Civil, sobre Lorca, el Valle de los Caídos, el Juez Garzón, los herederos de Lorca…etc, he recordado algo que leí la semana pasada, y es que, en tierras del Ebro, se colgó una placa conmemorativa en la que puede leerse:

“A los que perdieron la guerra, que fueron todos”.

Dos tíos de mi padre fueron sacados de sus casas, por la fuerza y sin explicaciones, en una de las trágicas noches que duró aquella guerra entre hermanos. Jamás su volvió a saber de ellos…¿quién sabe?: quizás sean nuestros tíos ricos de América, aunque la cruda realidad es que, probablemente, no volvieran a ver la luz del sol. Seguramente fueron disparados a quemarropa por algún pelotón de fusilamiento y lanzados a una fría fosa común donde aún hoy reposan sus huesos. Y como dice mi padre: “todo el mundo tiene el derecho de enterrar a sus muertos”.

Y no voy a hablar de que un bando fuese mejor o peor que el otro: todos cometieron atrocidades y punto. Es lo que tiene una Guerra Civil que, de entre todas las guerras, es la que saca lo peor de cada ser humano, porque no deja de ser una matanza cainita: familiares denunciándose mutuamente para intentar salvar el pellejo, amigos a los que les tocó luchar en bando opuestos, personas que fueron obligadas a pertenecer a un bando que, quizás, no fuera el que iba con sus convicciones políticas (a mi abuelo paterno le pasó: fue enfermero del bando nacional, a pesar de que, dentro de su mente, estuviese más a la izquierda), saqueos, enfrentamientos…y todo lo que sobrevino después: la Dictadura, la Autarquía, el aislamiento internacional, las prohibiciones, la falta total y absoluta de derechos y libertades, el racionamiento, los grises, las persecuciones, las cárceles, y así hasta el infinito.

Está claro que yo no viví aquella época y, gracias a Dios, soy una hija de la Democracia (literalmente, que por algo nací en 1978), así que no estoy en posición de opinar si antes se vivía mejor o peor, pero, desde luego, no cambio la libertad por nada y, probablemente, si hubiera vivido en aquella época habría acabado como las 13 rosas o, un poco más tarde, en la cárcel, “entre rojas”, por sindicalista, por la defensa a ultranza de la memoria histórica, por condenar el vacío en torno a la muerte de Lorca, por los exiliados (sobre todo culturales: una vergüenza. Todo dictador, lo primero que hace al llegar al poder, es quitar de en medio a los intelectuales, porque son ellos los que piensan. Y así aquella guerra mató, no sólo a Lorca, sino a Machado e incluso a Miguel Hernández), por todo.

Quizás hoy, día de la Epifanía del Señor, no sea el más adecuado para este posrt pero, simplemente, quería tener mi particular regalo de Reyes con todas las víctimas de la guerra (de ambos bandos) y de la Dictadura, y no sólo los asesinados, sino los encarcelados, los exiliados…y todos los que sufrieron que fue españa entera.

Aunque no soy muy aficionada al cine de José Luis Garci, me encanta su dedicatoria final en la película Asignatura Pendiente, dividida en dos partes:

1. “A nosotros que nos han robado la inocencia….”, en clara alusión a la juventud de los últios años de la Dictadura, los que más sufrieron las represiones probablemente.

2. “A Miguel Hernández que murió sin que supiéramos de su existencia”

El día que vi esta película, durante mis años de facultad, me emocioné al leer esa dedicatoria a Hernández, el poeta, porque es uno de mis preferidos, y murió pobre y relegado al olvido más vergonzoso porque su recuerdo no le convenía al régimen.